miércoles, 26 de marzo de 2014

¿ESTÁS EN PAZ CONTIGO MISMO?



Antes de empezar a leer, pulsa el Play  escucha la música y déjate llevar


 


Siempre había creído que tenerlo todo controlado era lo mejor para mí, nada de imprevistos, nada de espontaneidad, cuanto más controlamos más seguros estamos de nosotros mismos,  hacemos más nuestra la vida que llevamos (controlamos) ordenamos a nuestra mente cual es el mejor camino a seguir, que es lo correcto o bien que es lo que los demás esperan de nosotros,  porque la imagen es muy importante,  el ir poniéndote caretas dependiendo de donde estés, de con quien estés, es muy importante, caemos en el falso mito de que cuantas más caretas tenemos a más gente caeremos bien, estaremos mejor considerados socialmente (Falsa observación)  he llegado a la conclusión de que no se puede ser ángel y querer vivir en el infierno  o a la inversa.
¿Cuánto de nosotros es real? y ¿cuánto de nosotros es falso? Nos pasamos tanto tiempo en encontrar la aceptación de los demás, que nos olvidamos de nosotros mismos, de lo que realmente queremos ser.
Muchos pensaréis... ¡si yo tengo claro quién soy, porque me conozco perfectamente! ¡Quien me va a conocer mejor que yo! 
No me refiero únicamente a la imagen que queremos proyectar sobre los demás,  me refiero a la persona que llevamos dentro, que tampoco son el  ángel y el demonio que batallan entre lo que está bien y lo que está mal, voy más allá,  hablo de lo que nuestro cuerpo necesita,  que no es para nada lo que nuestra mente le ordena (Observaciones anteriores)
Todo esto puede resultar un poco extraño pero es mucho más simple de lo que parece,  cuantos de nosotros expresamos lo que sentimos, decimos lo que pensamos, conocemos ese interior aunque solo sea un poquito, dedicamos tiempo en cerrar los ojos, respirar y concentrarnos en nuestras  manos, nuestros pies, en la sensación de sentir cada parte que compone nuestro cuerpo, en definitiva, tomar conciencia de que nuestro cuerpo no sólo es una capa de musculo,  que decoramos con ropa y accesorios para agradarnos al mirarnos al espejo y sobre todo agradar a los demás, hablo de mirar al espejo del alma y sentir el latir de  nuestro corazón, ni triste ni alegre, simplemente latiendo, hablo de escuchar un cuerpo, nuestro cuerpo,  porque únicamente él es el que nos va a decir la verdad de quienes somos realmente, de lo que queremos,  él que se manifiesta a modo de dolores, constipados y enfermedades,  no tiene otro medio de expresarse, porque él es esa vocecilla interior que nadie quiere oír, porque nuestra vida acelerada no nos lo permite o porque simplemente nos da miedo lo que pueda contarnos.
A estas alturas aunque no lo parezca no hemos enseñado a nuestro EGO a equivocarse, pensamos que ya somos demasiado mayores para caernos y preferimos seguir arrastrando los pies que aprender a andar...a estas alturas aún no hemos aprendido a que nuestro cuerpo y nuestra mente se unan para ser la misma persona, van por caminos distintos, nuestra mente busca una imagen social, una fachada o escaparate y nuestro cuerpo es el niño insistente tirando del brazo de su madre para que le preste un poco de atención.
Sé que es complicado, pero estaría bien que cada uno de nosotros hiciese una terapia de autocrítica, ver donde nos equivocamos, ser  humildes con nosotros mismos, desgranar estos pensamientos negativos que nos llevan a creer que el control de nuestros sentimientos nos ayuda en nuestra vida,  seguro que si vas estirando de ellos, te llevarán a un lugar que aunque no te guste y sea espinoso, te dará muchas respuestas, porque si no eres leal contigo mismo nunca podrás estar en PAZ.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario